…le dijo Linux a Windows con la arrogancia de un leoncillo joven a un adulto.
La juventud cuyas virtudes son un acopio de fortalezas, tiene en esas numerosas capacidades su gran debilidad. La juventud tiene un chip apagado, el de «todo es finito», mientras lo veterano ya está en fase cuenta atrás. Ese chip no activo a menudo hace que crea que puede violar las leyes de la física, que es inmortal y todopoderoso. Quizás desprecia la antiguo por creer que no esta a su altura ni al ritmo. No es que la veteranía sea garante del éxito, pero te da la prudencia de pensar 2 veces dónde pisas, ya que una caída asegura huesos rotos y un ridículo compasivo de los jóvenes.
Han pasado más de 40 años y ni siendo gratis Linux ha podido con Windows, ni ningún software libre, con Office.
Ahora que la IA es palabra preferida de la joven tecnología hay que ser un adivino para intentar ver hacia dónde vamos.
Para colmo aquel que debió morir hace 40 años añade a sus herramientas, Copilot, una herramienta de inteligencia artificial, ¿Una más? O ¿será la herramienta que todos usarán en el futuro presente?
Si podemos destacar de Microsoft una virtud ha sido la sencillez. Estabilidad, complementación, desarrollo constante son virtudes claras, pero cuando decidimos pagar por un software, cuando tenemos otros gratuitos, al final la fuerza motriz es, sé que lo voy a saber manejar e irá bien.
Está claro que tiene sus debilidades, cada vez menores por cierto, cómo las actualizaciones, pero sigue siendo y por mucho la herramienta preferida. ¿Lo será Copilot? Solo el tiempo nos dirá, pero sigue con las bases profundas de su éxito. Es fácil de usar.
No confundas fácil de usar con potencia o capacidades, simplemente tienen el secreto mejor guardado de la Tecnología, como generar herramientas muy potentes para que un simple usuario la domine. Como hacer lo imposible con una sencillez asombrosa que por muchos que traten de imitarlo no dan con la clave.
Esto no es una apología de Microsoft (cada proyecto tiene sus herramientas adecuadas como el Chromebook de Google otras de mis favoritas que de verdad se está acercando a Microsoft) sino de un método que lleva décadas triunfando y seguirá por mucha fuerza que adquiera la tremenda computación de la IA.
Si es fácil se usa. ¿Cómo está programado el proyecto de tu colegio? ¿Son todos los procesos sencillos? ¿Son las herramientas sencillas? ¿Es la gestión técnica sencilla?
Le pedido a Copilot que me cuente una historia de porqué valorar la experiencia y sencillez por encima de la novedoso y complejo, he aquí la historia:
Había una vez un joven llamado **Carlos**, lleno de entusiasmo y confianza en sí mismo. Creía que su juventud y conocimientos recién adquiridos lo hacían superior a cualquier persona mayor. En particular, despreciaba los consejos de **Don Manuel**, un anciano sabio y experimentado que vivía en el mismo pueblo.
Un día, Carlos se propuso construir un puente sobre el río que atravesaba la aldea. Estaba seguro de que podía diseñar y construir el puente más moderno y eficiente que jamás hubiera existido. Ignoró las advertencias de Don Manuel, quien le recordó que había visto muchos puentes a lo largo de su vida y que la simplicidad y la experiencia eran clave para el éxito.
Carlos comenzó su proyecto con entusiasmo. Utilizó materiales costosos y complicados, siguiendo los últimos avances en ingeniería. Pero a medida que avanzaba la construcción, surgieron problemas. Las bases eran inestables, los cálculos no cuadraban y el presupuesto se disparaba.
Don Manuel, observando desde la orilla, se acercó a Carlos. «Joven amigo», le dijo con calma, «permíteme ofrecerte un consejo. He visto muchos puentes en mi vida, y puedo decirte que la simplicidad es la clave. No necesitas complicar las cosas para lograr un puente sólido y funcional».
Carlos, lleno de arrogancia, rechazó el consejo de Don Manuel. Continuó con su diseño complicado, convencido de que su enfoque era el correcto. Sin embargo, los problemas persistieron. El puente se tambaleaba y amenazaba con colapsar.
Desesperado, Carlos finalmente se acercó a Don Manuel. «¿Qué debo hacer?», preguntó. El anciano sonrió y le dijo: «Demuele todo lo que has construido y comienza de nuevo. Esta vez, sigue los principios básicos de la ingeniería. La simplicidad es la clave».
Carlos tragó su orgullo y siguió el consejo de Don Manuel. Desmanteló su puente complicado y comenzó de nuevo. Esta vez, utilizó materiales sencillos y un diseño tradicional. El resultado fue un puente sólido y funcional que resistió el paso del tiempo.
La aldea celebró el éxito del puente de Carlos, pero él sabía que no habría triunfado sin la sabiduría de Don Manuel. Aprendió que la experiencia y la humildad eran más valiosas que cualquier conocimiento teórico.
Desde entonces, Carlos se convirtió en un aprendiz constante de Don Manuel. Aprendió a escuchar, a valorar la experiencia y a aplicar la simplicidad en todos sus proyectos. Y así, el joven que creía saberlo todo encontró la verdadera sabiduría en las palabras de una persona mayor.
La experiencia y la sencillez. «Si es fácil se usa» es la guía de la buena de cualquier proyecto tecnológico.